Me encantas. Me encantas, me encantas,
me encantas. Y me seguirás encantando sabe Dios cuánto tiempo
más... Pero no es eso lo que me importa, no me da miedo ése tiempo
en concreto. En realidad no espero nada, aunque pueda soñarlo todo.
No tengo prisa, así que tampoco tengo por qué huir de lo que desee.
Tengo muy claro lo que es una fantasía, y sé que tú eres una. Sé
que nunca, nunca, nunca, nunca podrá ser, que es completamente
imposible. Y mentiría si dijera que no me importa, pero claro que me
hace daño, me molesta, pero... Es gracias a ti que me sale la
sonrisa, intentando imitar al sol.
Me encantan esos momentos de
hundimiento cuando la poesía comienza a asomarse por una rendija
pequeña, y acaba saliendo como una especie de plaga, dispuesta a
llevarse las hojas muertas. Y pienso: Déjala...que disfrute, ella
sabe lo que hace, y si no lo sabe, por lo menos hace lo que quiere. Y
eso me encanta...porque de alguna manera se liga a ti, porque así es
como tú quieres que sea, libre, poesía y libertad.
Y no puedo verte de otra manera, un
pájaro que vuela demasiado alto, rozando fronteras que no puedo
alcanzar... Pero de alguna forma tenía que seguirte, y es desde
tierra firme, donde el cuerpo me pide que esté, aunque tenga la
cabeza a escasos metros de ti. Supongo que será así hasta que te
pierda de vista en ese insondable horizonte, pero de momento no me
preocupa...
Sé que no te importa, absolutamente
nada, que no te importa, pero...ojalá pudieras saberlo, ojalá
pudiera decírtelo sin ningún tipo de miedo, sabiendo que no te
parecerían tonterías y... El caso es que nada de eso, nada... No te
importa.