sábado, 29 de noviembre de 2014

Cause everything's so wrong and I don't belong living in your precious memories

Hay quien toma decisiones que te implican sin realmente tenerte en cuenta. No llega a ser un "decido por ti" porque tampoco es ésa la situación. Pero te afecta, te incluye por alguna parte, te empuja a un lado, o te somete a algo que quizá no quieras. Sin más, no es algo que tú puedas escoger. De poder hacerlo, no lo habrías hecho. Pero quién sabe. Quizá era lo mejor que podía pasarte, y mientras, descubres el modo en que debes tomártelo, la mejor forma de entenderlo. Era lo más cómodo, lo más fácil. Así no hay que decir nada, no hay que justificarse, no hay que encontrar, explicar el motivo, explicaciones que tampoco habría por qué dar. Sí, muy contradictorio pero es muy sencillo: si no quieres vender algo que sabes que alguien desea, no llames a esa puerta. Tampoco es rencor ni nada parecido, recriminatorio. Es que me ahogo si lo pienso, me destruye por un lado, pero estaba claro. No sé, supongo que es sólo la sensación de ridículo, de haber sido tan absurdamente cría cuando no debería haberlo sido, la prueba de que no había cambiado en absoluto. La sensación de no valer una mierda, de tener un vacío, un algo que nunca podrás dar, que nunca sería suficiente... Sigo siendo nula para admitir que lo imposible es imposible, por más que quiera darme cabezazos contra la pared y olvidarme de esa idea. Cosas del estar loca. Consecuencias de haber empezado a leer lo que no debía con la edad equivocada. 

miércoles, 26 de noviembre de 2014

No es "para..." porque es para Nadie.

Es una foto en blanco y negro de dos personas mirándose a los ojos. Una le dice a la otra que ese día, estando tan cerca, admirando su belleza, sus ojos... fue el día que descubrió, que vio claramente el reflejo de quien siempre había querido ser, su yo real, en la profundidad de aquella mirada. Entonces supo que cada vez que están lejos, parte de su persona se queda en el fondo de aquellos ojos. 
No son exactamente las palabras, pero más o menos traducidas, es lo que dicen. El reconocerse en ojos ajenos, el verse por fin feliz, no en el sentido de que alguien tenga que completarte para poder ser mejor persona. Sencillamente maravilloso, perfecto, sincero. Demasiado bonito pero es real. 
Sigo pensando que tal vez, algún día, pero me puede la seguridad de que nunca será posible. Cuando ha podido ser, yo no estaba dispuesta, porque sabía que más adelante me echaría atrás, porque no era justo para él, porque para qué hacer daño gratuitamente si no estás segura de lo que sientes. Cuando más he querido, simplemente, nunca se han alineado los planetas para que la casualidad fuera posible. Y cuando parecía que era, al final resultaba ser todo lo contrario. Mentiras y malos rollos, excusas y ensayos y errores, un "creía que sí, pero no". Entonces a él no le importaba si a mí eso me hacía daño, no en un sentido más serio. Se me acabaría pasando, claro. Lo mejor era hacerlo rápido y cuanto antes, dejar el muerto atrás, el problema para mí. En parte lo entiendo, pero en parte me duele y no puedo asumir una de las dos posturas sin más. Sólo sé que las dos son posibles, y será contradicción, pero es lo que pasaba, lo que tenía que pasar, lo que me pasará en algún otro momento si Dios quiere. 
Es eso, que a todos nos gustaría tener a alguien con quien compartir mil cosas, aunque fueran las más tontas. Alguien con quien poder contar de verdad, con quien sobren las palabras, aunque no sea una relación completamente seria. A todos nos gusta que nos traten, que nos quieran, que no nos dejen de lado. Aunque necesite mi espacio, aunque sea terriblemente difícil e insoportable... Pero ojalá me pasara un día lo que a esa pareja de la foto. No se pueden imaginar cuánto les envidio, en el buen sentido, y cuánto les deseo que sea por mucho tiempo, si es posible, para siempre.

viernes, 21 de noviembre de 2014

XI

¿Por qué no odiarse? ¿Por qué tener que conformarse con lo que uno es y tener que alegrarse? ¿Por qué creerse aquello de "quererte para que los demás te puedan querer"? ¿Por qué no eliminar, recortar, hacer desaparecer, hundir... todo aquello que no te gusta de ti? No es lo mismo, claro que no. Si alguien dice que el físico no importa, miente. Cuántas veces he escuchado lo de ser guap@, y lo de "sí, pero está buen@". Eso me hace pensar que incluso siendo un espantapájaros, si tu cuerpo es maravilloso, con eso basta. Obvio. ¿Quién no querría un cuerpo perfecto, quitarle, añadirle, montar y desmontar? Ojalá fuera tan fácil. Ojalá no fuera importante, pero lo es. Demasiado. Lo que más. Sobre todo en la juventud.

jueves, 20 de noviembre de 2014

IX-X

Paso de la euforia al salvajismo, del salvajismo a la tristeza, de la tristeza al salvajismo, y al final es lo único que queda. Una simpleza llana, absurda, límite, para la que no hay muros de contención. Querría ser racional pero no puedo. No me sale. No puedo estar capacitada para tomar decisiones si un estado así me embarga constantemente. No puedo renunciar. No puedo aceptar. No puedo avanzar. No puedo liquidar más el tiempo. No puedo dejarlo estar. Simplemente, cae la noche y no quiero dormir, pero quiero dormir para no pensarte, para no saberme más sola a estas alturas. Porque de noche no se puede hablar con nadie. De noche no se molesta a la humanidad, por eso estoy fuera de ese juego, porque hace mucho tiempo que solamente soy  un pedazo de carne. Prácticamente desde que me concibieron. 
Si tuviera vajillas físicas que romper, serían una cadena infinita de catástrofes hechas añicos. Añicos que luego intentaría pegar y recomponer, mientras sigo rompiendo más y más. Pero esos pedacitos no se reducen jamás lo suficiente, nunca son polvo. Y si no son polvo, no desaparecen nunca. Si no desaparecen, me ahogan. Y me están ahogando. Y ya no quiero. Ya no quiero dormir para no darme cuenta de que todo es un pequeño lapsus de tiempo. Porque el día es la ficción. Porque la noche es mi realidad. La noche es mía. La noche soy yo. La noche es oscura y fría. La noche es solitaria, vagabunda, siempre perdida. No tiene sol que la alumbre, sólo sombras que llegan desde lejos para hacerla peligrosa, silenciosa, perturbadora. Y el silencio y la soledad son esos huecos vacíos de sus calles a los que tanto temo. El miedo a quedarme ciega y sorda del todo, pero nunca muda. Nunca puedo perder la voz. Nunca se interrumpe este hilo maldito que se llama pensamiento. Eso jamás deja de apresarme, de torturarme, de dejarme claro que es él quien manda, que yo sólo aporto los ojos que lloran, la impotencia muscular, las ganas de desaparecer bajo la tierra o esfumándome en la nada. Y el día sólo es ficción, porque la noche no camufla las locuras, sólo las potencia, las construye, las transfigura, las corrige, las llena, las hace verdaderas. Durante el día es posible llevar un traje. De noche, el traje se te hunde en la piel, y se queda contigo para siempre, esperando simplemente a que te mueras. Hay muchas formas de morir, pero ella usa la peor: matar en vida es más eficaz. Luego cada uno, toma ya la salida que cree conveniente. Y yo no puedo salir. No puedo dejar de pensar. 

martes, 18 de noviembre de 2014

VIII/2

Y para variar, no vas a decirme nada, porque obviamente no tendrás nada que añadir, ¿no? Ja.

VIII

No sé si tiene gracia o no, pero es increíble lo mucho muchísimo que se puede venir una abajo, hasta el punto de no tener libido alguna ni ganas de nada, así como de ponerse mala por un disgusto. Y sí, cuanto más nerviosa y más insomnio, más gorda. Ese punto en el que vestirse es como para echarte en la cama y ponerte a llorar; salir de casa y estar deseando meterte en la cama para no verte, no encontrarte con el espejo, para no ver a ninguna otra por la calle con su tipín maravilloso incluso con 23 capas de ropa encima. Quién volviera a tener 16 y no dejar que nadie me consumiese así. O tener voluntad y no este eterno cansancio, poner algo de mi parte para cambiar realmente. El próximo paso. Ojalá alguien me empujara para seguir andando.

Mundo inerte

Me gustaba imaginar que me hallaba ante las puertas del paraíso, que cada vez que las cruzaba no iba a un refugio, sino a mi verdadera casa. Pero eso fue hace mucho y el lugar, poco a poco, se fue convirtiendo en las ruinas de un mundo perfecto. Ruinas fueron el tiempo detenido, el silencio absoluto, el brillo apagado de sus paredes y suelos azules, y aún así, parecía que todavía quedaba algo. Quizá una chispa de vida escondida en algún lugar. Siempre pensé que la Reina de Mayo volvería en algún momento, o quizá El Cuervo, o la suerte. Tal vez la luna. 
Un día simplemente era una especie de judía encogida sobre mis miembros, para después volver a convertirme en el Lobo Negro, el símbolo de la locura, la oscuridad, que prefería esquivar aquellos miedos y encontrar la manera de no enfrentarse a ellos. El futuro no era un sueño, sólo una pesadilla propia de un niño pequeño. El futuro no tenía nombre, ni consistencia real en algún sueño o deseo. Tampoco formaba parte de mis ganas llegar tan lejos. Eso era lo que realmente me paralizaba, descubrir que más adelante no había nada. 

Pero para qué contar los caminos andados y volver a deshacerlos en pasos inexistentes. Huellas invisibles de un recorrido que yo no elegí, una tortura a la que siempre fui contraria pero que, tal como marca la ley de las circunstancias, simplemente no pude evitar. De ese modo dejé de entrar en ese Mundo Azul, el lugar que se erigía como la promesa de un algo mejor, de un futuro que, siempre y cuando no fuera perfecto en realidad, para mí sí lo era porque era lo único que tenía. Era lo único que realmente podía decir que yo había construido, no propiamente con mi imaginación, pero sí cosiendo durante años lo que toda la gente que conocía me iba aportando. Por eso era mío, porque sólo yo sabía en qué lugar, en qué rincón se escondía cada significado, así como la relevancia de aquel. 
Llevo mucho tiempo intentando darle de nuevo algo de vida, tratando de recuperar la luz de entonces y es hora de que me dé por vencida. Si me rindo, lo hundiré finalmente debajo del mar, del océano insondable que es el mundo, la vida en sí misma. Lo eliminaré hasta que no sea más que recuerdo, y ni si quiera éste podrá servirme ni reconfortarme nunca jamás. No se trata de ninguna aberración ni tan sólo fantasía. No se trata de un castillo en el aire; de un amanecer, de primavera o verano, con su luz azul en torno a las 7 de la mañana; o de un tonto delirio febril. En parte sí lo es, pero si tuviera que definirlo así, sólo estaría describiendo una cara de la moneda, la parte iluminada, quedando en la retaguardia esa cara de la luna que nunca llegamos a ver. 

Es cierto que está construido sobre la imaginación, que se alimenta de la propia vida, de la ilusión. También está hecho de locuras y deseos, de cuentos, de decepciones, de mareos, de promesas incumplidas, rotas, vacías, olvidadas... De daños, de alegrías, de lágrimas y de risas. Me sirvieron tanto ogros como hadas, como caminos de piedra de un noviembre dorado, y soles de mayo que yacen encendidos artificialmente. Tiene pequeños detalles de amigos y horribles gestos de personas que creí importantes. Esconde en sí mismo todas las noches que la música hubo de salvarme, así como todos los días en los que dormir o rendirse no me estaba permitido. En alguna parte estarán mis alas, así como todas las cartas escritas a Nadie, a Alguien y a mí misma. Allí están todas las voces cuyas canciones y versos escriben esas paredes, por no decir los libros que hacen de pilares de este mundo ya vacío. Con él hundo para siempre mi último cartucho, la decisión definitiva de desaparecer y darlo ya por perdido. Sinceramente lo he intentado, era lo que más quería. En su momento creí que cierto rayo de sol le devolvería la vida, y en realidad ha sido sólo rayo. 
Así que únicamente deseo que se hunda, que se pierda y se me olvide. No merece la pena seguir esperando. No merece la pena creer que hay ciertos vacíos capaces de llenarse alguna vez. El verdadero valor de este mundo es que era una promesa, por eso yo no suelo comprometerme ni prometo nada, porque sé lo imposible que es verse dentro de un papel que no queremos tener. No cumplo nunca las expectativas de los demás, por eso no me atrevo a tenerlas sobre nadie. Solamente digo que, si sabes que no vas a poder hacerte cargo de algo, que a veces es mejor no pronunciar las palabras que terminen por sellarlo. 

Imagino que desde algún lugar estás mirando, que desde alguna parte estás leyendo, esperando que llegue el día en que se me pase cualquier ataque de locura. Y simplemente te digo que esto es para siempre, pero que una se deshace de las cosas que dejan de serle útiles, por más que quiera arrastralas consigo. Supongo que en algún momento empecé a cambiar, aunque casi no lo note, y por eso ya no tengo esa capacidad para fantasear, para creer que las cosas todavía pueden ser. Y no tiene sentido perderse intentando resucitar aquello en lo que la realidad ya no te permite creer. Sé que es sólo autoprotección para que no me ilusione, pero necesito detonar este rincón maravilloso. ¿Sabes por qué? Porque de ahí nació mi delirio. 

VII-VIII (o cómo caer)

Lo suyo sería cerrar los ojos y dormirse pero se hace imposible y el reloj no perdona. Cuando casi casi consigo quedarme dormida, al momento me desvelo. No sé qué es, pero algo me obliga a seguir despierta, a tener los ojos abiertos mientras me desespero sin ser capaz de llorar. Al final acabo en pie con un dolor de cabeza que me taladra hasta la moral, haciéndome olvidar que no estoy sola en el mundo y que debería haber aprendido a dejar de ser un animal. Poco a poco me voy irritando más y vuelve el dolor que me hace tropezar. Por fin el bendito café asqueroso que tanto odio, pero sin el que he aprendido a no pasar una mañana. Mucho menos, una de éstas. De regalo para mi paciencia, otro. 
Al final me obligo a olvidarme del cansancio y decido hacer algo por la vida. Acabo perdiéndome y pensando lo ridícula que puedo llegar a ser, por más que me haga gracia. Intento no imaginarte pasando por allí, rondando por alguno de esos balcones. Te reirías, obvio que sí. Y el resto de la tarde se va por esa ventana; una conversación y una figura en penumbra terminan por consumirla. 
Lo malo de creer que un día no ha sido tan malo es cuando caes en la cuenta de que te has equivocado. Cuando acabas de nuevo envolviéndote en la taquicardia de la inseguridad, se te bajan del todo las defensas y acabas medio delirando y en tensión. Sí, otra vez. Y, ¿por qué? Las debilidades pesan más de lo que la razón quiere. Aquí siempre gana el subconsciente. ¿Algo que objetar? 
Sólo agradezco que sea de noche, que por unas horas pueda enterrarme sin soñar, casi sin respirar. Y mañana será otro día, y pasado será otro más. En serio, no pensaba que pudiera serme tan difícil, ni sé a ciencia cierta qué es lo que llevo peor. Cambiar no ha cambiado mucho mi situación, sólo la manera de sentirme. Sólo que suele ser todo. Todo que suele hundirme. Y querría que hicieras todo lo contrario, porque mi estúpida guía brújula me obliga al todo o a nada, pero sigo abogando por el término medio. Sigue dándome miedo lo que tantas veces he intentado esquivar. Y casi lo consigo, pero hay días en los que no me sale. Hoy no me ha salido.

lunes, 17 de noviembre de 2014

VI

¿Merece la pena? ¿Es necesario? Soy nula para empezar de cero, para aprender a andar de nuevo. Intento no tirarlo todo por la borda pero es mi especialidad. De poco o nada me sirve creer que he aprendido algo. Es muy simple: ¿qué tengo? ¿Qué me queda? ¿A dónde voy? ¿Qué hago con mi vida? 
No me satisface pensar en acabar esta carrera de mierda a la que no le veo utilidad alguna para mí. No me llena, no me gusta, saca lo peor de mi existencia. Y no es su culpa, obvio. Es mía porque no sirvo para ésta ni para ninguna otra. Y me niego a vivir en el microcosmos maldito, un lugar donde nunca he encajado y donde ya definitivamente no encajaría nunca. Prefiero consumirme de otra forma antes que verme cercada con días en cadena para el resto de mi vida en esa nube oscura. No querría volver a estar como si tuviera 15 ó 17 años, sin hacer nada, sin ver otra cosa. Porque sí, todo el mundo cambia, pero no me trago ese egoísmo de "yo y mi pareja" y "no tengo tiempo para nadie más". ¿En serio? 
Paso de ser de esa generación que cuando tenga 30 años ya habrá hecho TODO lo que se supone que debería estar empezando a esa edad. NO quiero llegar a los 40 habiendo tenido ya un crío, que esté yéndose de casa y pensar: vale, ahora ¿qué hago con el resto de mi existencia? No sirvo para eso, ni para estudiar, ni para limpiar, ni aguanto a los críos. 
¿En qué cajón maldito se supone que voy a meterme? ¿Qué grado de locura habré alcanzado para entonces? Y Dios no quiera que esté diagnosticada de algún putosíndrome extraño, drogada de pastillas y toda la puta mierda que no aplacarán la locura. O peor, acabar en un psiquiátrico, sin poder decidir qué hacer. No sé qué cárcel es peor, pero todas me parecen eso, una cárcel. 
Por eso me machaca tanto querer saber qué tengo que hacer, no poder elegir, no poder decidir, no tener capacidad alguna para servir para algo. No me creo que sea cosa de años y de práctica, de ganas, de cambios de actitud, de blablablá. Que no, que no me convence que la felicidad se la construya uno mismo y la guarde en un tarro de cristal. Que es imposible que me levante y piense: Hoy va a ser un buen día, y que lo siga siendo mientras te ves yéndote cada vez más a la mierda, más abajo, más putas bofetadas, más traspiés de mierda, más saber que lo tuyo es nada, que no tienes nada, que es cero quien te entiende, que es cero quien te soporta... No hay cojones de tragarse la frase "Cambia tu actitud, sé positiva". No me sale. Es imposible que lo podrido deje de estarlo. La carne muerta, muerta está. 

domingo, 16 de noviembre de 2014

V

No sé por qué, qué jodida paranoia. Suele pasar que la gente que me es más afín, que más quiero, que me aporta un no sé qué diferente, que mejor me entiende o qué sé yo, la mayoría tienen conexión con los gatos y los ojos verdes, semiverdes o en esa línea de marrón y verde. Será mi dichosa obsesión por haber querido salir a mi abuela y no parecernos ni en el blanco de los ojos. Pero sí. Padres, amigas, amigos, los tíos que me han gustado-me gustan... O.o 
Y toda esa gente es de ideas claras, fijas, demasiado independientes, fuertes... Cada uno lo ha pasado mal a su manera, a cada cual la vida los ha puesto contra la espada y la pared y han salido solos. Igual tengo un imán que me empuja a ellos, a buscarlos, a quererlos. Lo extraño es que sigan quedándose cerca, eso es lo que no termino de explicarme.

IV-V

"Yo no creo en las casualidades, no creo que las cosas pasen porque sí".

Es el tipo de frase que me gustaría creerme muchas veces, que las cosas no pasan porque sí, que en alguna parte está todo escrito. Por otro lado, aunque personalmente sí pienso que algunas cosas me pasan por X razones, porque parece que está todo planeado para que no deje de equivocarme y siga cagándola, también pienso que es tristísimo pensar que la vida está medida, escrita, limitada en alguna parte. 
Tiendo a pensar que el destino no existe en parte, pero que en parte sí. Que la vida no tiene conciencia, que se dan ciertas situaciones, coincidencias, accidentes, y ocurren situaciones en las que la suerte nos sorprende, o desgracias que nos destrozan la vida. Creo que es triste martirizarse, pero que no lo podemos evitar. Nos sucede algo y nuestro cerebro necesita saber el por qué, situarse, descubrir qué falló, qué pasó para que tal cosa sucediera. Unos lo interpretamos como señales de algo, otros no le dan mayor importancia. 
Sinceramente, no lo tomé ni lo tomo como señal de nada. Siempre supe lo que iba a pasar, que era nada. Eso lo tuve claro desde el primer momento. Igual que sabía que también esto tendría que llegar algún día, también desde el primer momento. ¿Problema? No lo sé. Supongo que es cuestión de acostumbrarse. Que un día irá sucediendo a otro y bueno, no tengo problema: consumir el tiempo y hacer que no valga para nada, tirarlo, desaprovecharlo, arruinarlo, ésa es mi especialidad. Es más, tengo ganas. Ganas de saber qué pasa más adelante. Esa mierda de pregunta que ronda las RRSS, sobre si tu vida fuera un libro, si querrías saber el final o no, si mirarías la última página. Yo la miraría. Sabría el final y no sé si cambiaría mucho mi visión, si mi esperanza maldita y odiosa dejaría de retar al destino, de sentarse a esperar un milagro en el último momento.
Lo bueno es que la Bestia sigue dormida, que no llora, que no se hiere, que no consigue hacerse daño. No es tan fácil borrarte del todo, no es tan fácil aparcar todo otra vez, volver a empezar. Pero eh, ¡quién sabe! Será muy ingenuo por mi parte, pero quizá algún día consiga olvidarme y arrancarme ese trozo de carne inservible, como tantos otros =D 
Que sí, que no es fácil recomponerse, ni lidiar con los delirios y la locura. Podría decir mil cosas y ninguna sería cierta. Cuando llegue cierto momento, X día sin fecha, me daré cuenta de que bueno, fue una tontería, una de esas tantas que me creí, nada especial. Sólo una absurdez más. Sentiré vergüenza, como no siento ahora, sino aún mayor, y querré meterme bajo tierra, más que ahora, pero bueno, habré sabido mejor discernir entre la realidad y la REALIDAD. Lo de loca es para toda la vida. Lo de buscar es para toda la vida. Lo de cagarla es para toda la vida. Y yo seguiré esperando, tontamente, que algún día se me pase la diarrea mental, la tontería, la locura absurda, las ganas de algo mejor, de algo de verdad. Porque en cierto modo, ni me importa cuánto tiempo pase, ni si me arrepiento en un futuro. No quiero pero no es opción pensar otra cosa. Chi, arrivederci sueño bonito. 

viernes, 14 de noviembre de 2014

III

Norte de mierda, nunca te encuentro. Norte de mierda, ¿en serio es necesario elegirte? Entonces elijo la necesidad de seguir viviendo sin guía ni tiempo. Nada de perderse para volver a encontrarse. Si no hay dirección, ni interés por ir a ninguna parte en concreto, dejando que pase lo que tenga que pasar, esquivando lo que se pueda esquivar, prefiero hacerlo así. 
Contar piedras en vez de contar días. Contar nubes en vez de contar segundos. Bajar la persiana, cerrar los ojos y acurrucarse en este hueco donde nunca estarás. ¿Tan difícil es? No. Estoy calentita. Tengo la risa conmigo. Cero perspectivas. Mil trabajos. Ganas de ellos ninguna. Las uñas mordidas. Las manos secas. Y estoy convencida de que esto es lo mejor. Pero como dice mi PAPA: no se puede tener todo, aunque otros lo tengan y yo lo quiera. De elegir, elijo lo de siempre, sólo que igual que ahora me falta la alfombra, me falta algo más. ¿En su lugar? Un ñañañaña o trotrotrotró. Mañana será otro día. Pasado otro más. Y así indefinidamente, que no infinitamente para mí.

jueves, 13 de noviembre de 2014

II

Siempre he pensado que lo de llegar tarde al final forma parte de la naturaleza de uno mismo. Al menos ése es mi caso. Siempre llego tarde, demasiado tarde, y no sé si para cuando llego merece la pena. Pero oye, igual la risa que me ha dado después de hacerlo, compensa el haber llorado tanto, el haberme encerrado con esa necesidad exclusiva. Sinceramente, pensaba que no me podía estar pasando, que necesitaba volver a meterme en la cama, hundirme para sentirme mejor. Quizá fuera necesario para cuadrarme un poco. Hoy he pensado que realmente estaba mal, muy mal. Y no sé, supongo que dos días sin dormir más que seis horas en total ponen de los nervios a cualquiera. 
Quizá no merezca la pena. Nunca veré eso de cerca. Resulta que puede pasar el tiempo y que los nudos indestructibles un día se aflojan. Se aflojan y veo una brecha. Puede que esa brecha me deje ver cierta luz, cierta realidad. Y quién sabe, a lo mejor esa realidad vuelve a reducirte a un segundo, te me baja del pedestal. 
¿Sinceramente? Llegar tarde y reírme. Llegar tarde y decir que empiezo para cortar definitivamente la raíz de la locura. Si una vez funcionó, no hace mucho tiempo con otra persona, ¿por qué contigo no? =) 
Lo que me hace gracia ha sido descubrir que el ídolo tiene ídolos, ídolos que están por encima de él. Eso te reduce un poco en la realidad y es lo que necesito que pase, desidealizarte. Por algún lado hay que empezar. 

miércoles, 12 de noviembre de 2014

I

Definitivamente: que pase el tiempo. Ahora mismo es lo que menos me preocupa. Igual un minuto más que uno de menos. No pierdo ni gano nada. Un día más es un día más y viceversa. Me da mucha pereza echarle un pulso que sé que voy a perder. Y me da pereza también llorar. No es orgullo. No es amor propio. No es vergüenza. No es asimilación de la locura. Volverá a darme otro ataque de éstos. No será el primero, ni el último, pero ojalá no vuelva a pasarme. Querría decir que ahora soy yo quien realmente decide. Ya veremos.

And the wings nigth die (A pillow of winds, Pink Floyd)

Un mundo nuevo amanece ante sus ojos sorprendidos y la luz va llenando huecos que quedaron vacíos. El silencio habla, ella está muda. Y el aire entra y le revuelve el pelo. Aquí está el arte de la magia: donde había algo ya no queda nada. Las miserias agujerean estómagos. Desde el balcón, el horizonte es mucho más amplio, más profundo. También el cielo tiene límites y la clave está en no llegar demasiado lejos y descubrirlo. 
Otro 19 de Octubre que llega, que se va depositando con el frío pesado de la niebla. Horas después el sol estará iluminando por completo este rincón. Los primeros pasos de la mañana, las calles mojadas y frías, los ruidos y el semáforo. Mira por dónde, no hay café. Tragedia para el rato en que quería hacer literatura fingida. Es un día muy bonito, sí, pero es hora de irse a la cama. 
Animal viejo, costumbres que nunca mueren. El amor a una piedra dura demasiado. La herida que supura, que se cree úlcera. Ay, de ella... La coserá con hilo de acero si hace falta. O la pegará con superglue. O mejor aún: se arrancará el trozo de carne absurdo de un mordisco, y algún día cicatrizará y ya no le dará más importancia. 
Un mundo nuevo amanece ante sus ojos sorprendidos, pero la sombra de la duda planea sobre ellos. Es obvio y necesario olvidar. No hay más que decir. Tira ladrillos pesados en su propio camino. Le gusta caerse. Es así. El único problema es la pereza. Empezar de nuevo, contar de nuevo, sentir de nuevo... Nada. No hay más misterio aunque los ojos quieran mirar de nuevo: lo aprendido late, olvidado, pero persiste, y su estupidez ahora mismo le dice que si se cierran las puertas, se cierran definitivamente. Es mejor.
Ella obedece. El silencio es mejor. Dormir es lo mejor. Hacer como si nada es lo mejor. No hay procesión por dentro, no hay nada que superar, que llorar, que gritar. El mundo es nuevo e infinito, por ahí se diluirá la fantasía. Qué mejor verdugo que la preciosa y aplastante realidad =) 

lunes, 10 de noviembre de 2014

Birds don't need to eat rotten fruits

Aquel día me devolviste al principio y me creía más fuerte, que desilusionada ya para los restos no ibas a tener ningún efecto en mí. Eso ya lo sabes. Pensaba que eras tú quien se había equivocado aquel día, pero sólo con los meses he visto que yo te di pie a ello, por no pensar antes de responderte, simplemente por el miedo a que no me contestases más esa noche. Te dije que sabías que nunca íbamos a coincidir, pero no me refería a un marco espacio-temporal, ojalá. Quería decirte que nunca íbamos a llegar a un punto común, a una visión parecida, porque es eso, que nunca te he entendido y ni si quiera sé cómo hablar contigo. He tardado meses en pillarlo, así que fíjate lo lenta que puedo llegar a ser. Sólo era eso. No quería decir que nos encontráramos, que vinieras, nada de eso. Ni se me habría pasado por la cabeza jamás pedírtelo ni que tú quisieras. Imagínate cómo me pude quedar aquella noche. Pero nada, a día de hoy sé que pasó, que me lo dijiste, pero no significa nada simplemente porque es imposible. Lo último que necesitarías en tu vida es una puta loca como yo. Y siempre querré saber qué visión tienes, cómo crees que soy, qué te transmito, pero no tengo el valor de preguntártelo. No sé si soportaría lo que me dijeras, bueno o malo. Estoy segura de que no. 

jueves, 6 de noviembre de 2014

The morning rain clouds up my window and I can't see at all, but it's not so bad, it's not so bad (Thank you)

Que se acaba y poco más hay que decir. Que hay que cerrar, dejarlo aquí, dentro de poco. Y no es dolor, ni pena, ni miedo. Creo que es la primera vez que entiendo realmente que avanzar no significa olvidar. Así que, a pesar de todo, aunque tú dijeras que no, yo digo que gracias. 
Se me abren mil posibilidades, todas igualmente tontas, pero sólo en la cabeza. Y ya no tengo la candidez suficiente como para llevarlas a cabo, ni realmente las ganas necesarias. Digamos que es el atardecer que tanto había querido, tantas noches soñando con los ojos abiertos. Un verano que acaba, cayendo el sol y un reflejo en el agua, bonita etiqueta para un "The best day of my life". Pero nunca ha sido real y no estoy segura de que pueda serlo. 
El río sigue siendo interminable, los niños se hacen mayores, los sueños se van, todo cambia, porque es inevitable, pero hay algo que permanece, algo que late, quizá la bestia que se despierta. Quizá ahora ya no sea una bestia. 

Ya no valdrá aquello de Born to be wild como antes. Ni el Freedom is just another word for nothing left to lose, but good was good enough for me. Perderán su sentido los When the night has been too lonely and the road has been too long, porque la vida seguirá siendo a lonely highway y yo todavía estoy in the opened road. Sí, ya soy old enough to see behind me, y todavía soy joven para sentir mi alma. 
Seguirá habiendo aquello del miedo a la ruptura y dl nunca aprender a bailar; seguiré pensando que una parte de mí es ese dream afraid of waking que nunca aprovecha su oportunidad. Y muy probablemente siga teniendo ese soul que nunca aprende a vivir. Volveré, sin duda, al I wonder if I'll ever see you again, aunque jamás he estado convencida de que we could win. Volveré a jurar que I'll never make the same mistake again, pero my fault is that I'm still young y que I can't relax. Me gusta matar lo de Take it easy. 

Pero sí, yo ahora también pienso que es la hora, y aunque haya un wild world ahí fuera, sabré que it's hard to get by just upon a smile. Y no sé el qué, pero cuando trato de avanzar, algo me controla, se aferra a mí, a mi forma de vivir. Aunque de alguna manera siempre he listen to the wind, to the wind of my soul y sólo Dios sabe dónde acabaré. Por eso le pido siempre que no me abandone, que es duro vivir completamente en soledad, y si soy justa, sí le permito decir de mí que nunca es suficiente, que nunca he estado satisfecha. Claro que también tengo días en los que digo que lo necesito, que me gustaría tener algo así, porque me encantaría hacer lo que todo el mundo y poder decir que es cierto, que hay un fuego dentro de todos nosotros, que yo también lo sentí antes de morir. 

Tontamente sé que Time keeps moving on y que los amigos se van, pero yo me quiero creer que no me muevo y que realmente lucho por un sueño, que intento dar lo mejor, cuando en realidad hoy sólo es otro día. Debería intentar vivir para hoy, y no me sale, y sigo malgastando los minutos, sin saber nunca por qué. Sabes que no hay nada que no haría si me dejaras saber, pero la magia se pierde cuando la luna cae en el agua. Cuando la luna cae en el agua, ya no hay dolor, y está bien cerrar los ojos: no hace falta seguir caminando, no cuando tu casa siempre ha sido el camino. Creía que siempre I've been searching for you y en el momento que esa ensoñación se hiciera realidad your leaving would break my heart. 

No hace falta que diga mucho más allá: mis palabras caen por su propio peso y la realidad es que el mundo sigue girando, que yo sigo intentando aprender a volar sin alas, que la caída es dolorosa pero... there's no sensation to compare to this! Es una atracción fatal que me atrapa y a pesar de que caiga, sigo empeñada en intentarlo. Un día más, una vez más, locura de tongue tied and twisted porque sólo soy un earth bound misfit.





Robando versos: 
Janis Joplin : The rose, Kozmic blues, Work me Lord, Little girl blue, Me and Bobby McGee.
Steppenwolf : Born to be wild.
Cat Stevens : Wild world, Can't keep in, The wind, Father and son.
Lenny Kravitz : Again, Can't get you off of my mind. 
Pink Floyd : Comfortably numb, Learning to fly.
Dido: Thank you, Don't leave home.