domingo, 3 de agosto de 2014

Honey, welcome back home.

Esa sensación que vuelve una y otra vez, que no sabes qué es, lejana pero familiar. Ojalá se acabe pronto. Ojalá no volviera a sentirla. 
Hay escenarios y momentos que se repiten, casi idénticos, casi milimétricamente exactos y eso no quiere decir que haya aprendido a manejarlos. Es como volver a vivirlos por primera vez, así que la promesa de "jamás me olvidaré de esto" nunca se cumple. Aprendo de nuevo cómo son esas sensaciones, por muy viejas y parecidas que las encuentre, y esa impresión sigue siendo la misma: honda, imposible, arrastrándome consigo.

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