viernes, 1 de agosto de 2014

Wonderful life

Puede que un día suceda que lo tengas todo y en realidad, nades en la miseria. Puede ser que tengas toda la vida por delante y no ser eso motivo alguno de alegría. Puedes tener todo el tiempo del mundo y no encontrar un motivo, no tener las ganas, la energía. Se puede tener el mundo a los pies y no por ello ser lo que uno necesita. De qué presumir cuando se carece de todo. Cómo vivir cuando no se tiene lo más importante en la vida. Cómo seguir si no hay forma de darle la vuelta a las cosas, si la felicidad es una sombra que se pudre en una fotografía sin marco, imagen desenfocada y borrosa. Claro que sí, se puede tener el mundo y estar en él, pero entonces vivir es sólo respirar y dejar de contar los días y las noches. El tiempo pasa sin ser tiempo. Reír se convierte en algo ajeno, extraño. Los pensamientos dejan de tener sentido alguno, las novedades mueren rápidamente y uno está constantemente rumiando. Rumiando dormido y despierto, rumiando todos los sentidos, todos los datos que le llegan, rumiando la vida misma, papel amarillo y desgastado pudriéndose en la bilis de un estómago vacío. Muy vacío.

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