miércoles, 21 de enero de 2015

You have to... or how I told you.

¿Por qué mitad, si se puede descomponer y completar una figura dejando espacios? ¿Por qué medio sol si la extensión de sus rayos pueden alcanzar más lejos? ¿Por qué limitar? ¿Por qué temer? ¿Por qué seguir el orden y encerrarse? ¿Por qué  no elegir radicalmente, sin importar las consecuencias, tu propio dolor, y hacer sin más lo que quieres? 
Si me lanzo al vacío, si la piscina está llena, vacía, o a medias, es cosa mía. 
Si se me hace de noche o de día, es cosa también sólo mía. 
Si grito o me callo, es mi problema. 
Si no afecta a nadie... ¿Cuál es la queja? 
Pero la gente cree que tiene ese poder sobre ti, esa autoridad para "como ____" tuyo que es, poder decirte lo que piensa y sentar esperado a que la hagas caso, decepcionarse cuando no lo haces y echártelo en cara porque le has hecho daño. Toma ya. ¿Cuántos de estos casos podría ser fácilmente catalogados de chantaje moral? Y luego está el que simplemente es un animal arrinconado, que espera pacientemente su turno para salir de la cueva y morder. 
Eso es lo que digo que no quiero. Que me harta. Que me requema. Que me hace enloquecer más fuertemente y buscar más rápidamente una salida. En otra cosa no, pero en huir... el historial es amplio y creo que avala un principio de importante capacidad para lo que no debería hacer. 

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