miércoles, 18 de julio de 2012

18JUL68

¿Sabes qué? Desde el primer momento lo supe, y aún así seguí el juego. ¿Por qué? Porque hay una cosa que se llama esperanza, que siempre me obliga, aunque yo haya tirado todas mis ganas al vacío. Y como siempre se equivocó. Yo ya sabía que nunca iba a ser posible, y seguramente por eso me gustaste aún más. No sé, es lo típico, cuanto más inalcanzable, más se desea.
Pero no podía decir que no, simplemente no importaba lo que yo dijera. A veces intentas echar el freno tan pronto que lo único que haces es pisar el acelerador. Me excedí. Y sé que para estas cosas no hay carriles inventados, que no hay un manual que te explique cómo va a ser el recorrido. No hay nada que hacer, una vez que empiezas a rodar no importan las miles de maneras que quieras inventar para pararlo.


Me equivoqué, claro que sí. Ese "mistake" es sólo una cara de la moneda; el otro lado, el oculto, como la luna, sabía muy bien que su sonrisa irónica era de nuevo una sentencia. Pero no importa porque al final logré conocerte, bueno, si es que a eso se le puede llamar conocer...
"Ten cuidado con lo que deseas..." y yo añadiría "...y cómo lo deseas", porque nunca sabes qué carta va a salirte al paso, cuál será la siguiente jugada. No confíes jamás en los dados, a ellos no les importa nunca el resultado de sus múltiples posibilidades. Supongo que lo correcto en estos casos no tiene lugar. Uno no puede controlar lo que siente en cuanto a estos temas, no cuando te deslumbra por completo una persona así...


Y es que eras perfecto, completamente perfecto. No me canso de repetirlo, y seguramente no lo haga en el futuro. Lo tienes todo, todo lo que quiero, todo lo que envidio, todo lo que necesito. Pero yo nunca podría ofrecerte nada que tú necesitaras y acabaría siendo una pieza de puzzle que se pierde en el recuerdo. Ah... sí, como en una canción dentro de 20 años. Sé que algún día te acordarás de aquella noche y dirás: "Estaba loca de remate...". Lo mismo que pienso yo.


Yo sigo viéndole cara a la luna, aunque hablen de su lado oculto. Para mí tiene la misma cara, la misma boca y ojos de siempre, grises. Así es como me enseñaron a mirarla. Por cierto, es horrorosa. Y sigo fingiendo que a las 5 de la mañana son las 7 o las 8 de la tarde de un invierno, cuando vuelvo sola a casa, por si me ataca el miedo. Igual que hacía cuando tenía unos 11 años en adelante. En el fondo, esas cosas, todo lo que me rodea, el mundo de una niña.
Pero tú estás invertido, o más bien soy yo quien vive colgada cabeza abajo, y por eso jamás nos encontraríamos. Lo supe y quise hacerme castillitos en el aire, quise creerme que podía ganarle alguna partida al destino, y no me dejó. Nunca me deja, siempre me enseña la solución antes de que los hechos ocurran. Por eso tengo que tener miedo del futuro, porque lo conozco de antemano. No es intuición, no es negatividad, ni malas energías: es la realidad. A veces pienso que la ficción no deja de ser la más pura realidad, que nuestras vidas son todas esas grandes novelas ya escritas y por aparecer, que no dejan de ser historias repetidas a lo largo de la humanidad. 


Aún a veces quiero volver un poco a aquellos días. Me gustaría decirte con total sinceridad "Fuiste el primero que en mucho tiempo...". Ha habido muchos primeros, pero sí que fuiste el primero con el que de alguna forma creí, vi una especie de camino que era viable, una salida. Pero ¡bah...! son todo ilusiones infantiles y me da mucha vergüenza que lo sepas, que sepas cómo soy en ese sentido. No por muy mal que haya salido todo voy a dejar de pensar que hay otra parte mejor de mí, aunque mi autoestima esté siempre al nivel del magma. No voy a decir que fuera la mejor persona del mundo ni una gran persona, pero no quiero verme reducida a ese tipo de locuras.
Claro que me gusta reírme con esas tonterías, pero no es todo lo que soy. Incluso yo me sorprendo de esos momentos, como si no supiera quién soy. Sí, seguramente, porque no creo que uno se conozca más a sí mismo de lo que puede llegar a conocer al vecino de al lado, porque a lo largo de los años vamos cambiando de tantas maneras... aunque no nos demos cuenta.


Y para qué te digo todo esto...
Sí, ya me acuerdo. Cambios, dijiste. Lánzate, el mundo es tuyo. El mundo es de aquellos que son como tú, de aquellos que mantienen el equilibrio entre los del ayer más lejano y del más próximo. Esos que no olvidáis ni un solo gesto amable, aunque sea una sonrisa ajena a ti. En cambio algunos nacemos anclados a nosotros mismos, esperando que alguien nos desate. Yo me veo claraboya, tú, delfín que surca las olas en pos de cualquier destino que por intuición le venga mejor. Ése es tu baile, el mío consiste en que la ola pase a través de mí, sin llevarme ni más lejos ni más cerca.
Así que no tengas miedo, no te preocupes. Frases inútiles que espero que te suelten algún nudo interno. Yo sí confío en que lo harás y que serás feliz en otra parte. Me imagino que algún día el punto en el que estoy atada me soltará y saldré de esta dimensión atemporal que nada entre el pasado, el presente y el futuro. No sabes cómo te envidio... y cómo me gustaría que volvieras a mirarme a los ojos, aunque ni si quiera pudiera robarte una sonrisa. Ojalá...

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