jueves, 21 de febrero de 2013

Sonrisa perfecta*

Ay, sonrisa perfecta...
Si alguna vez, tan sólo una, pudiera... Yo siempre tendría la puerta abierta, SIEMPRE, a la hora que fuera. Jamás te pediría que entraras para ponerte en un compromiso. Simple y total libertad de darte la vuelta y no volver. Si necesitaras algo, aunque fuera un soplo detrás de la oreja, cualquier cosa que me pidieras, lo haría por ti. Y abrazarte, sostenerte y sonreírte aunque lo dijeras sin palabras. Nunca con exigencias, con limitaciones, compromisos estúpidos. Nada que manchara o estropeara lo que sientes, lo que piensas, lo que quieres.
Dártelo todo en un instante, estar ahí, aquí o más arriba si hace falta. No me importa. Llegado el momento, la locura más grande. Sé que mereces la pena, que eres maravilloso, y si yo pudiera... Pero nunca lo escucharás de mi boca, nunca voy a agobiarte con historias, mentiras y llamadas a horas extrañas. Claro que puedo volverme loca y necesitarte, pero entonces te ahuyentaría antes si quiera de poder acercarme a ti alguna vez.
Y sabe de sobra lo que se pierde, cómo lo sabe... Lástima. Ojalá que cuando te llame no vueles y choques de nuevo contra ese cristalito mágico. No se merece borrar la sonrisa que provoca, no te mereces echar de menos lo que te hace daño.

No hay comentarios:

Publicar un comentario