martes, 25 de febrero de 2014

Consuelo de tontos

Pero hay un mundo a donde nadie llega. Un lugar en el que los secretos siguen siendo inalcanzables; donde los misterios permanecerán sin desvelarse; donde los sueños empiezan y acaban, revientan, se cumplen, estallan en mil explosiones de color. Un lugar al que nadie podrá huir, al que nadie podrá clavar una bandera y decir que ha conquistado su tierra. Es como si no se pudiera entrar ni salir, es como estar eternamente allí y no abandonarlo nunca. Es punto de partida de tantos puntos y comas, y puntos finales y sombras oscuras. Es sonrisa y media y noche de luna llena. Es un mundo azul sin estrellas, sin mares y sin nieblas. No hay nada en él y a la vez lo contiene todo. Allí no existen ni el frío ni el tiempo; tampoco el miedo, ni el vacío o el dolor. Es un mundo maravilloso de puertas desconocidas, un poco intransitable, que sólo existe cuando cierras los ojos.

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