jueves, 19 de marzo de 2015

The wrong side, the same shit (from me to myself).

Lo que pasa es que la gente se junta, se pega, se vuelven bola de plastilina, de muchos colores, pero bola uniforme, y yo me quedo fuera. Fuera de no saber, de no entender, para luego ver cosas. Y ves que nada es lo mismo, sin saber muy por qué, porque obviamente, siempre se acaba haciendo al contrario de lo que se dice. 
Y cuando te quedas fuera, cuando te das cuenta que las conversaciones son entre dos o más, pero no van contigo; cuando te percatas de que hay un algo donde nunca llegaste a entrar; que nunca nada fue lo que parecía; cuando te ves al fondo del cajón, mirando la luz y la risa, creyéndote que tu rato de felicidad duraría algo más, todo se viene abajo y comprendes. Comprendes que no mereces confianza, que no te la dieron nunca. Comprendes que lo que no has hecho tú, otro sí lo han hecho contigo. Que es cierto que coges el brazo muchas veces, pero es más fácil darle la vuelta a la moneda y mostrar sólo la parte mala. Pero, ay, ay, si a ti te molestan las cosas... Si te enfadas, si no hablas, si no miras, si haces por no escuchar, por no tratar de meterte en una conversación, cuando nadie te da vela en ese entierro, en esa risa, en esa comprensión, en esa amistad, en ese trato, en esa confianza... Si comprendes que sobras, que estás de más, que siempre estuviste de más. Encima te haces la víctima, no te puedes ofender, porque tú siempre serás peor, inferior, la mota del ojo que siempre molesta, la mierda contra la que no hace falta ni decir dos palabras, no merece la pena. 
Cuando te das cuenta de que sólo has sido un cero a la izquierda, ¿qué se puede esperar que hagas? 
Que agaches las orejas y pidas perdón lo antes posible, para volver al fondo del cajón, como buena cría que eres, que entiendas que ése es tu sitio y que nadie tiene que respirar contigo si no quiere. Ya en algún otro momento, si es posible, si se acuerda alguien, ok, entonces quizá. Y mientras, te sientas a esperar que se te pase la tontería, por mucha llantina que te dé (rabietas de niña infantil), por mucho que te duela (victimismo de niña infantil), por más que no lo soportes (niña infantil que se cree en la situación límite), por más que. 
Hay que ahogarse en el agujero, jugar al escondite, no hablar, no decir, no interrumpir, mientras se juega a los secretitos. 

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