lunes, 21 de enero de 2013

Pourquoi la terre est ronde?

Porque aunque no lo creas, aunque quiera que pasen los días y no hable contigo desde hace siglos, todos los días me acuerdo de ti. Porque sí, porque ya lo sabes, porque te lo he dicho de tantísimas maneras... Y me muero por volver a verte, aunque sea desde lejos y no decirte nada, pero probablemente me moriría al intentar contenerme y no salir corriendo. Pero sólo por no verte otra vez salir corriendo... 
Quisiera una oportunidad, intentarlo, de cero. Como si no te conociera, otra noche de mayo, y que fuera la primera de muchas. No te pido que me acompañes siempre, toda la noche, toda la vida. ¿Cinco minutos? Eres tanto para mí que nunca sería suficiente. 
Se me vienen las lágrimas a los ojos por haber sido tan tonta, tan cría, tan incapaz de ver... Por no dejarte, por no haberme contenido. Pero yo no sabía... Y tampoco ahora sé mucho más. Para mí eres un misterio y precisamente ésa es la parte, al menos la mitad de lo que veo, que me atrae, que me pide que siga. ¿Por qué? No lo sé, sé que no estás en mi camino pero quiero intentarlo.

Y tú no te das cuenta, pero cada palabra, cada pequeño detalle que... Podría decir "has tenido conmigo", pero tampoco ha sido así, en fin... El caso es que a mí me llena más que todas las cosas bonitas que cualquier otra persona pudiera decirme. Yo no te hablo de amor y sé que no podría hablarte, sé que es extraño pero significas y significas mucho para mí. 
Cuando digo que yo nunca es porque intuyo cuáles son tus preferencias, tus márgenes. Imagino la línea divisoria de tus límites y supongo que sabría cuándo y dónde pararme. Que me equivocaría... Claro que sí, pero si no lo intento nunca sabré si es cierto lo que pienso.

No sé. No pienso en ti de esa forma novelera de "amor para toda la vida". Pienso en ti como... Pues eso, un espíritu libre, salvaje, demasiado aferrado a la libertad pero que confunde el compromiso con estar atado. Y yo no quiero eso... Yo quiero que bajes de esos altos vuelos y me escuches, o que simplemente me dejes escucharte a ti, escucharte en silencio porque hay momentos en los que sobran las palabras más comunes.
Pienso en ti como la persona perfecta pero demasiado inalcanzable. Créeme, nunca te robaría un segundo o un minuto de más. Claro que quiero. Quiero mirarte a los ojos y perderme en ellos (marrones y verdes, ¿verdad?) y que me sonrías con esa complicidad, con esa sonrisa tan bonita, picarona e irónica. Que me abraces y me envuelvas con todo tu cuerpo, y que me dejes demostrarte que yo también podría protegerte. Sé que un abrazo bastaría para derrumbar ciertos muros, pero tú no quieres.
Y también quiero la parte salvaje, que me muerdas hasta arrancarme los labios, que me respires en el cuello entre mordida y mordida, que me recorras las espalda arriba y abajo, que me... Que me vuelvas loca, a lo bestia, sin miedo a que llegue el día o que caiga la noche. Que no me importa, que se pasen las horas, las noches, las semanas... 
Que yo no pienso agobiarte y a pintarte promesas que no quieres escuchar en el espejo del cuarto de baño. Yo quiero tatuarme cada uno de tus besos en la piel, olvidarme de que fuera de un pequeño rincón existe un mundo entero. No voy a pedirte nada, no voy a suplicarte y a hacerte sentir mal. Tampoco quiero arrastrarme, por mucho que sepas que con una palabra me tendrías siempre.

Sé que nunca seré ella, tan bonita, tan perfecta y tan alegre. Sé que soy una caprichosa y una patosa que aún no ha descubierto su suerte, y porque considero que fue una suerte encontrarte en mi vida, me gustaría saber que en el futuro seguirás en mi camino. Y si no vas a estar, pues... ¿Qué puedo decir? Seguirás siendo el sueño más bonito que he tenido hasta ahora, el deseo más... Es difícil encontrar palabras que no puedas malinterpretar. Pero en fin... Solamente deshacerme contigo y formar instantes donde, cuando y como tú quieras. Sin romperte los esquemas, sin cortarte el paso, sin arrancarte una sola pluma. 

No hay comentarios:

Publicar un comentario