jueves, 8 de marzo de 2012

Algún día


Es bonito pensar en el momento en el que te volverás a enamorar y que todo será maravilloso y mágico. Cada día lo pintarás de un color, sobre un fondo de color rosa atardecer, que restará tristeza y melancolía a tus ojos. Y tus tardes tendrán ese sabor a primavera que tanto anhelas. ¿Verdad que es bonito el amor?
Pero toda cambia si te digo que la vida es teatro, que tu papel es otro y que tu ideal pintado de rosa no es más que humo en esta dichosa función. Nos dejamos engañar. Todos nos dejamos llevar. Te has dejado llevar y engañar. Pero los sueños han de ser efímeros para que podamos luchar, si no caeríamos en la monotonía de la felicidad. Por eso también necesitamos tristezas, penas y tragedias, al igual que la tierra necesita agua para ver vida en ella.
Y no hay nada más. Lo más bonito de la vida son esas grandes mentiras que nos hacen soñar y luchar, pero dormir en esas nubes puede hacer que perdamos para siempre nuestro papel en el teatro.
Y dime, ¿no es bonito el amor? Pensar en el sol, dorado, que sale y se va, como su prensencia, su sonrisa, su luz, su tacto...Que se va para volver, una y otra vez, a tu mente, a tus ideas, a tu espacio, a tu aliento, impregnando toda tu vida con su delicado aroma.
Son bonitas las mariposas cuyas alas llevan sueños escritos. Parecen mensajeras de tiempos mejores y nos hacen pensar que son la culminación de la belleza, y la llegada de la primavera, cuando se supone que todo florece, hasta el amor.
Dime si no es bonito pensar que mañana puede ocurrir. Dime si mañana no podría ser que saliera el sol e hiciera florecer eso que tanto ansías. Dime si no lo darías todo por sonreír y tenerla entre tus brazos.
Pero, ¿sabes qué? Los cuentos de hadas tardan en cumplirse y no todas las historias vienen de un rayo de luz, sino que surgen de la llama de una vela, que termina apagándose.
La belleza de las mariposas reside en sus alas, y lo bonito de su ser es la metáfora de su metamorfosis. Pero las mariposas no son más que gusanos con alas que se camuflan entre las flores.
Aún no es el momento de que abras los ojos al mundo, pero debes empezar a pensar que pronto despertarás. Nada es eterno y tu letargo terminará en un precioso amanecer, lejos de gusanos con alas, y al lado de hadas de cuentos.
Deja de buscar lo que un día sin duda llegará. No insistas y ten paciencia, porque aún has de lanzar muchas sonrisas y luces al mundo antes de convertirte en huesos, y después en polvo.
Esas mariposas sólo revolotean a tu alrededor para luego marcharse, así que, por una vez, sé tú una planta carnívora o al menos ten espinas. Además, el verdadero amor se corresponde y es mútuo, y sólo se ama así una vez en la vida. Y esa vez no es hoy ni ahora.
Los amigos pueden y no pueden ser hermanos, a pesar de que se cuenten con los dedos de una mano. Hay amigos que pueden ser como hermanos pero hay hermanos que nunca serán ni podrán ser amigos. Y aunque el cariño te impida ser justo contigo, has de saber dónde está el límite y mantener esa frontera siempre bien visible. Tú vales mucho más que todo eso y, aunque tu primavera aún no haya llegado, algún día tendrás que volar.

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