domingo, 11 de marzo de 2012

Idiota...

Y no sé amor, no sé, ni tan si quiera sé si es lícito llamarte amor. No sé si podría mirarte a los ojos como ella, tener esa especie de conexión que pareces tener con todas excepto conmigo, y robarte una sonrisa cada mañana, a eso de las 9 o las 10. Quizá un poco antes por si acaso quieres un café...
No quiero ocupar ningún puesto, no quiero un momento por el que supongas que vale la pena. Quiero, necesito confianza, sentirla, palparla. No busco un letrero magnífico con letras preciosas que trate de convencerme; no quiero ese tipo de impacto visual. A estas alturas sé muy bien lo que no quiero, aunque no esté al 100% segura de lo que necesito. Y no quiero que me arropes con tu sonrisa cuando te diga que no puedo más, si luego no vas a estar ahí para tirar de mí.
No creas que quiero convertirte en mi perro guía, de eso nada. Simplemente quiero que me dejes un hueco a tu lado, un lugar sólo para mí, como todas las demás, y te prometo que no lo sobrepasaré. Si algún día te tuviera, créeme que jamás podría perdonarme traspasar algún tipo de límite con ciertas intenciones. Es más, te juro que tendré la cabeza en su sitio si en algún momento me sintiera tentada. No. No quiero seguirte ciegamente, ni que me des coba así como así, porque sí, un poco por esto y venga, vale, eso que se confunde tanto: ternura, lástima, compasión.
Por mucho que me encantes, que me vuelvas loca, que me hayas dicho en un pasado, sé que realmente nunca hubo, hay o habrá habido nada. De alguna manera todo lo que me has dado o dicho eran pedazos de vacío. De eso sé un poco... No voy a comerme el mundo, no voy a arrastrarme pero a penas me queda orgullo, y me lo guardo para mí; hace mucho que decidí no compartirlo con nadie. Y creo que al fin y al cabo está bien, mira sí sirve, que al menos puedo prometer una línea que no atravesaré para no molestarte. Pero también sé otro poco de esas historias que me vendías, de esos juegos de los que ya te cansaste, y ahora que echo de menos esas filas de palabras, me siento incapaz de reclamarte nada pero quizá pueda pedírtelo, aunque sea queriendo la verdad máxima en lugar de una mentira que pueda hacerme feliz.

No hay comentarios:

Publicar un comentario