sábado, 27 de diciembre de 2014

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Lo único que acierto a entender y decir de esto es que es una mierda pura. ¿Que merece la pena? A mí no, desde luego. Y por si no fuera suficiente, si no tuviera demasiado ya con aburrirme soberanamente, morirme del asco por no verle sentido alguno, encima aumentan los problemas. Ya no es un "no quiero jugar, estoy cansada". Directamente es un "¿para qué?". Sobre todo cuando eres una maldita peonza que es demasiado esto, demasiado lo otro, que nunca encaja en sus preciosos moldes. Mierda para mí, mierda para todos. Mierda todo. 
Supongo que es verdad y que a los 17 años hay quien lo descubre "todo". Y lo que me queda por descubrir... Sinceramente, si tuviera la oportunidad, tendría una razón para hacerlo. Pero dado que no la tengo, y que no pienso contradecirme para hacer feliz a alguien con quien no tengo por qué conformarme por ser una mierda, porque puedo estar sola y pudrirme sola, tampoco considero que me pierda algo. Que eche de menos algo. Algo más que todo lo que me falta día a día, algo más de lo que ya puedo anhelar o de lo que ya he anhelado. 
Sinceramente, lo único que me queda por experimentar es que me revienten las sienes del dolor. El día que eso pase, con un poco de suerte, espero que no me quede mucho más tiempo sentada en la oscuridad mirando a los demás VIVIR. 

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