martes, 17 de junio de 2014

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Un día, sólo un día, me gustaría meterme en la cama y fundirme con la nada o desaparecer. No sentir nada, no ser nada, no ser nadie, no tener conciencia. O estar en algún lugar donde todo sea como un sueño, una conciencia mínima. No pensar, no sentir, no ver, no escuchar... No me daría miedo, me encantaría. Eso, o ser otra persona. Y no, no creo que llegue nunca a superar la inseguridad, este odio que no sé de dónde me viene ni por qué soy así. 

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