miércoles, 11 de junio de 2014

Like you always seem to do.

Y cuando hay días en los que necesitas amor y no hay nadie para dártelo, remueves el pasado y corres a refugiarte en sus brazos, deseoso de que te reciban. No importa el daño, cuánto tiempo haya pasado, sólo que ése era un hogar, que era más que cariño. Sabes que en cierto modo nunca se irá, que no se rendirá y tú tampoco se lo permites. No te atreves a dejar que el pájaro levante el vuelo. Cuando empieza a hacerlo, lo apresas de nuevo.
¿Y qué miedo puedes tener? ¿Qué puedes perder? Hay días en los que ni si quiera recuerdas que existe. Noches en las que otras ocupan ese lugar por el que ella daría la vida misma, sólo por estar un segundo contigo. En esos momentos deja de ser ella, alguien en tu vida. Es sólo una figura más, un recuerdo, algo que no necesitas. 
Hay días en los que la miras y no la soportas. Nada en ella te gusta, ni te llama, ni la quieres. Pero otros días la necesitas, porque era la única que te miraba de esa otra forma, la que necesitaba ir más allá de tus risas. Era ella quien realmente te prestaba todo lo que tuviera si te hacía falta. ¿La diferencia? Ella es seguridad, para ti, para cuando tú quieres. El resto del tiempo, ella sola, cuando no existe, mantiene la esperanza, pensando que volverás algún día. Desea que llegue mientras se la comen sus propias inseguridades, sus nervios, sus tristezas. Sabe que no la quieres pero quiere creer que lo haces, pero a tu manera. Y se conforma con eso, solamente con darte todo lo que tú no aprecias en ella. Se llama egoísta a sí misma por ceder, por dejarte entrar de nuevo en su vida. No piensa que ella sea ese pobre pájaro, o que no te deje echar el vuelo. Piensa que está condenada a repetir la historia, incapaz de inventar una mejor porque no la merece.
Pero dime una sola cosa, ¿mereces tú la seguridad cuando necesitas amor y ella te lo da? ¿Cuando ella te necesita y tú compartes tu tiempo con otras? ¿Cuando pasan los días y ella sólo piensa en ti, pero tú no sabes ni que existe? ¿Realmente puedes darle algo más que no le hayas dado aún? 

("¿No sabes, cariño, que nadie te va a querer nunca como yo trato de hacerlo? ¿Quién se llevará todo tu dolor, cariño, tu angustia también? Y si me necesitas, sabes que siempre estaré cerca si alguna vez me quieres. Vamos, llora, cariño, llora, como siempre dices que haces. Y cuando caminabas por el mundo, dijiste que intentarías encontrar el final de la carretera. Quizá más tarde te des cuenta de que la carretera acabará en Detroit; puede que acabe en Kathmandú. Puedes recorrer el mundo intentando encontrar algo que hacer con tu vida, cuando sólo tienes que hacer una cosa bien. Sólo tienes que hacer una cosa bien en este mundo. Tienes a una mujer esperándote allí. Todo lo que tienes que hacer es ser un buen hombre, una sola vez para una única mujer y ése será el final del camino").




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