lunes, 10 de junio de 2013

Yes, OMG

Un rincón, un mundo, un lugar donde lo físico no cuenta, donde el aspecto no importa, donde no hay que ocultar inseguridades. Y tu cuerpo es lo más ligero que conoces, y tus pasos son como si volaras. En un segundo aquí, uno más y estás en la otra punta. Olvidar ese nudo que te ata el estómago, la maldita carga que te hunde los hombros, que te obliga a pensar en la gravedad. Es como si llevaras un traje muy, muy pesado, como si cada milímetro de tu cuerpo fuera de plomo. Y llega un momento en el que ya no distingues cuerpo-sensación, sentimiento-pensamiento, porque la derrota es tal que ni si quiera puedes pensar. 

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