viernes, 17 de mayo de 2013

Entre Rollings, Che y Leyendas.

Hambre de muerdos, hambre de sueños. Hambre de ganas, hambre de tiempo. 
Ganas de romper las reglas, de construir castillos y derribarlos. Ganas de atravesar el desierto a nado. Ganas de bucear en los infiernos. Ganas de que me trague el cielo, de comerme a Mayo.
Comerme los días y no dejar ni las migas. Comer y masticar lentamente con prisa. Comerte el cuello y morder el hielo, beber rápido para que bajen mejor tus besos. Comer despacio hace que pierda el ritmo. ¿Ves cómo me despisto?
Tragar. Tragarme la vida, tragar sin miedo. Tragarme las nubes mientras descubro tu espalda. Tragarme tu lengua mientras rozo el paraíso. Tragarme las piedras que mi riñón no es capaz de moler.
Molerte los huesos a risas, a cosquillas. Moler el café mientras espero a que abras los ojos. Moler las mentiras al ritmo del mortero. Moler estrellas para que salga el sol. 
Salir fuera y correr, tropezar y rodar por la hierba. Salir y dejar salir lo que sea, las lágrimas, los gritos, las ganas. Salir la rabia y la euforia, y ser libre, libre de todo lo que me ata. 
Atarme las ideas y dejarlas a buen recaudo en algún armario. Atarme los recuerdos a los dientes que ya no duelen. Atarme a los misterios de naves que no tienen freno. Atarme al olvido de lo eterno, vivir en el recuerdo del instante.
Vivir en tu pecera y escaparme de ella. Vivir en la ducha y resbalar por tu cuerpo. Vivir en la calle y no volver a casa hasta haber aprendido algo nuevo. Vivir en la cama, soñando que aún sueño. 
Soñar que puedo, que creo, que vuelo. Soñar que te sueño. Soñarte sin sueños. Soñar que estás ahí, cuando tu mano ya no entrelaza mis dedos, cuando tus dedos ya no rozan mi cuerpo. Soñar que te quedas mudo y que ríes en silencio. Soñar que te ahogo en susurros mejor de lo que nadie había hecho. Soñar que la fantasía vuela y se eleva, fuera de este maldito mundo.

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