sábado, 29 de noviembre de 2014

Cause everything's so wrong and I don't belong living in your precious memories

Hay quien toma decisiones que te implican sin realmente tenerte en cuenta. No llega a ser un "decido por ti" porque tampoco es ésa la situación. Pero te afecta, te incluye por alguna parte, te empuja a un lado, o te somete a algo que quizá no quieras. Sin más, no es algo que tú puedas escoger. De poder hacerlo, no lo habrías hecho. Pero quién sabe. Quizá era lo mejor que podía pasarte, y mientras, descubres el modo en que debes tomártelo, la mejor forma de entenderlo. Era lo más cómodo, lo más fácil. Así no hay que decir nada, no hay que justificarse, no hay que encontrar, explicar el motivo, explicaciones que tampoco habría por qué dar. Sí, muy contradictorio pero es muy sencillo: si no quieres vender algo que sabes que alguien desea, no llames a esa puerta. Tampoco es rencor ni nada parecido, recriminatorio. Es que me ahogo si lo pienso, me destruye por un lado, pero estaba claro. No sé, supongo que es sólo la sensación de ridículo, de haber sido tan absurdamente cría cuando no debería haberlo sido, la prueba de que no había cambiado en absoluto. La sensación de no valer una mierda, de tener un vacío, un algo que nunca podrás dar, que nunca sería suficiente... Sigo siendo nula para admitir que lo imposible es imposible, por más que quiera darme cabezazos contra la pared y olvidarme de esa idea. Cosas del estar loca. Consecuencias de haber empezado a leer lo que no debía con la edad equivocada. 

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