lunes, 17 de noviembre de 2014

VI

¿Merece la pena? ¿Es necesario? Soy nula para empezar de cero, para aprender a andar de nuevo. Intento no tirarlo todo por la borda pero es mi especialidad. De poco o nada me sirve creer que he aprendido algo. Es muy simple: ¿qué tengo? ¿Qué me queda? ¿A dónde voy? ¿Qué hago con mi vida? 
No me satisface pensar en acabar esta carrera de mierda a la que no le veo utilidad alguna para mí. No me llena, no me gusta, saca lo peor de mi existencia. Y no es su culpa, obvio. Es mía porque no sirvo para ésta ni para ninguna otra. Y me niego a vivir en el microcosmos maldito, un lugar donde nunca he encajado y donde ya definitivamente no encajaría nunca. Prefiero consumirme de otra forma antes que verme cercada con días en cadena para el resto de mi vida en esa nube oscura. No querría volver a estar como si tuviera 15 ó 17 años, sin hacer nada, sin ver otra cosa. Porque sí, todo el mundo cambia, pero no me trago ese egoísmo de "yo y mi pareja" y "no tengo tiempo para nadie más". ¿En serio? 
Paso de ser de esa generación que cuando tenga 30 años ya habrá hecho TODO lo que se supone que debería estar empezando a esa edad. NO quiero llegar a los 40 habiendo tenido ya un crío, que esté yéndose de casa y pensar: vale, ahora ¿qué hago con el resto de mi existencia? No sirvo para eso, ni para estudiar, ni para limpiar, ni aguanto a los críos. 
¿En qué cajón maldito se supone que voy a meterme? ¿Qué grado de locura habré alcanzado para entonces? Y Dios no quiera que esté diagnosticada de algún putosíndrome extraño, drogada de pastillas y toda la puta mierda que no aplacarán la locura. O peor, acabar en un psiquiátrico, sin poder decidir qué hacer. No sé qué cárcel es peor, pero todas me parecen eso, una cárcel. 
Por eso me machaca tanto querer saber qué tengo que hacer, no poder elegir, no poder decidir, no tener capacidad alguna para servir para algo. No me creo que sea cosa de años y de práctica, de ganas, de cambios de actitud, de blablablá. Que no, que no me convence que la felicidad se la construya uno mismo y la guarde en un tarro de cristal. Que es imposible que me levante y piense: Hoy va a ser un buen día, y que lo siga siendo mientras te ves yéndote cada vez más a la mierda, más abajo, más putas bofetadas, más traspiés de mierda, más saber que lo tuyo es nada, que no tienes nada, que es cero quien te entiende, que es cero quien te soporta... No hay cojones de tragarse la frase "Cambia tu actitud, sé positiva". No me sale. Es imposible que lo podrido deje de estarlo. La carne muerta, muerta está. 

No hay comentarios:

Publicar un comentario