miércoles, 5 de diciembre de 2012

Porque... (22 de septiembre de 2010)

Porque eres así, mona y salada. Pequeña, indomable y alocada. Bonita, insegura e ingenua. 
Porque creiste tener el mundo bajo tus pies. 
Porque sentiste la esperanza, aunque sin ganas de luchar.
Porque perdiste las ganas y la ilusión, sin dejar de soñar.
Porque te deshiciste en lágrimas al quebrarse tu sonrisa.
Porque fuiste capaz de llorar al tiempo que reías, de pura felicidad.
Porque aceptaste que lo humano es cruel, y que un humano animal es bueno.
Porque ridiculizaste el sentido de la vida y dijiste de ella que no tiene sentido, sólo el que tú le das o crees darle.
Porque siempre estuviste en la carretera, aún sin ganas y sin saber a dónde llegaría.
Porque reconociste tu miedo al futuro y lloraste por no poder regresar al pasado. 
Porque te rompiste al ver que jamás había existido la libertad y que no es más que una bonita palabra vacía. 
Porque te rendiste al amor, cayendo de rodillas, con rosas en las manos, llorando y sin perdón.
Porque te diste cuenta de que realmente eres incapaz de odiar.Porque aún no has cosido tus alas.

Porque tienes miedo a volar.
Porque rechazas la envidia hacia los demás.
Porque eres capaz de olvidar el daño y el dolor.
Porque a ti no te engañan las mariposas, esos malditos gusanos con alas.
Porque te gusta que te miren, aunque no soportas ser el centro de la atención.
Porque eres capaz de pedir perdón y también de darlo.
Porque te niegas a vivir de rodillas.
Porque soñando fuiste feliz.
Porque al despertar del sueño lloraste.
Porque echas de menos la lluvia en verano.
Porque necesitas ver el sol y el cielo en invierno.
Porque te quejas todo el tiempo.
Porque no te gusta tenerte en un pedestal.
Porque te gustan las cosas bonitas.
Porque eres escrupulosa.
Porque tienes un no sé qué muy extraño con lo natural.
Porque adoras la música.
Porque los libros son tu evasión.
Y porque...Muchos más porques...hacen...Sí. Quizás sí. Seguramente.

Porque seguramente, al fin y al cabo, estás hecha para vivir, y más aún en este mundo.
No. Claro que no.
Porque no te has equivocado de lugar.

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