domingo, 16 de diciembre de 2012

Rurru*2

Oye, Rurru, es hora de levantarse.
- Baahj.
Pero sabes que no tenemos tiempo, que no tenemos días, sino a penas unas horas. Contadas, que se evaporan y se marchitan en cada segundo que pasa. Eso que es, el instante...
-Chopenjauer. Baajhh baahjj!
Noooo! Pequeño, arriba. Te necesito.
No puedes dejarme sola con la desesperación. No puedo ni quiero creerme que lo malo y lo peor tengan que pasar por aquí. Acordamos que sólo había una posibilidad y que sería así, que será así, pero tenemos que encontrar la manera. Y yo sola no puedo con el mundo entero.
-Chaa.... chaa.. Rrrrr
Sabes que no tienes razón. No puedes vivir de espaldas a mí. Te vas a tener que levantar antes o después pero te necesito ya.

Mira, me entra ansiedad y no puedo. No puedo controlarme cuando me atacan las lágrimas, las dudas de no saber si acabaré a tiempo, de lo que pueda pasar. Porque, ¿y si tengo que vivir dos meses en esta situación? Tú sabes que sólo te tengo a ti, en el fondo de ese abismo llamado estómago, al fin y al cabo, sólo tú me acompañas. A nadie le interesa si tengo o dejo de hacer. Nadie va a vivirlo en carne propia salvo yo, por eso es tan fácil tender al egoísmo, pero mi cabeza está en otros derroteros. No puedo pensar en lo que realmente debería importarme. Siempre acabo dándole más importancia a lo que tenga que ver con tonterías o gente.
- Aaaahh... ñiiiioouuggg ñiiiuuugg
Anda, por favor, ayúdame... Sólo son unas horas. Unas horas y podrás volver al recogimiento de tu sueño. Después ya me quedaré yo sola haciendo lo que sea, comiéndome, carcomiéndome, desintegrándome, pero ahora mismo quiero que te levantes y pienses un rato en esto.

No hay comentarios:

Publicar un comentario